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martes, 6 de septiembre de 2016

CONTROL SOCIAL (delito y anomia)

En el marco de la sociología, el control social se define como el conjunto de mecanismos, normas y valores que una sociedad desarrolla para garantizar el cumplimiento de los comportamientos esperados por sus miembros, buscando así regular la convivencia y reducir las desviaciones (Giddens, Duneier, Appelbaum & Carr, 2021). Este control puede ejercerse de forma formal o informal, y se expresa mediante sanciones, coerción, persuasión, o educación.

Función del control social

El principal objetivo del control social es mantener el orden social, estableciendo límites aceptables de conducta y asegurando que los individuos se ajusten a las expectativas del grupo o de la sociedad en general. Cuando estas normas son transgredidas, el sistema dispone de instrumentos de control, como sanciones, que pueden ser positivas (recompensas, reconocimientos) o negativas (castigos, multas, exclusión).


El delito como forma de desviación

Se considera delito a toda acción que transgrede una ley penalmente tipificada. La sociología del derecho y del crimen, más allá del acto en sí, analiza las condiciones sociales que producen la conducta desviada y el papel del sistema judicial en su interpretación y sanción (Durkheim, 1893/1997; Merton, 1938).

El sistema legal, al juzgar una conducta delictiva, tiene en cuenta distintos grados de responsabilidad, como la negligencia, la imprudencia y el dolo, que reflejan diferentes niveles de intencionalidad en la acción.


Anomia: ausencia o pérdida de normas sociales

Émile Durkheim y la anomia

Durkheim (1897/2005) utilizó el concepto de anomia para describir una condición social en la que las normas pierden su poder regulador sobre los individuos, generando desorientación o aislamiento. En su estudio El suicidio, identificó el suicidio anómico como resultado de situaciones de ruptura del orden social, tanto en momentos de crisis económicas como de prosperidad repentina, donde los marcos normativos se vuelven ineficaces.

Robert Merton y las formas de adaptación anómica

Robert K. Merton (1938) reformuló el concepto de anomia al vincularlo con la estructura social y la relación entre los fines culturalmente valorados y los medios institucionalmente permitidos para alcanzarlos. De este modo, identificó cinco modos de adaptación frente a la presión estructural:

  1. Conformidad: Aceptación de los fines y los medios establecidos. Es la forma de comportamiento normativo predominante.

  2. Innovación: Aceptación de los fines, pero uso de medios no legitimados. Ejemplo: crimen económico.

  3. Ritualismo: Rechazo o abandono de los fines, pero adhesión rígida a los medios. Ejemplo: burocracia extrema.

  4. Retraimiento: Rechazo tanto de los fines como de los medios. Ejemplo: personas marginadas, adictos, o en situación de calle.

  5. Rebelión: Rechazo de los fines y medios existentes, con la intención de sustituirlos por otros. Ejemplo: movimientos revolucionarios.


Mecanismos de control social

En grupos primarios

Los grupos primarios (como la familia o los amigos) ejercen el control social principalmente mediante mecanismos informales, que pueden ser:

  • Positivos:

    • Persuasión: convencimiento afectivo o racional sobre la conveniencia de una conducta.

    • Educación: transmisión de normas a través del lenguaje, símbolos y acciones cotidianas.

  • Negativos:

    • Advertencias, rechazo, exclusión social o emocional ante conductas desviadas.

En grupos secundarios

Los grupos secundarios (como instituciones educativas, laborales o políticas) se caracterizan por un control formal, regulado por normativas específicas (estatutos, leyes, reglamentos). Este control se ejerce mediante:

  • Coacción: imposición de normas por la fuerza o la amenaza de sanciones.

  • Persuasión racional o institucional: apelación a valores o recompensas simbólicas o materiales (premios, promociones, prestigio).


Las sanciones como forma de control

Las sanciones constituyen una herramienta clave del control social. Pueden ser positivas, como los premios, los honores o el reconocimiento, o negativas, como castigos, multas o reclusión. El objetivo es reforzar la adhesión a las normas establecidas, promoviendo la estabilidad del sistema social (Giddens et al., 2021).

El control social, por tanto, no es solamente un mecanismo de represión, sino también una forma de reproducción del orden social, que se apoya en la internalización de valores y en el compromiso normativo de los sujetos con las instituciones.


Referencias

  • Durkheim, E. (1997). La división del trabajo social (2.ª ed.). Akal. (Original work published 1893)

  • Durkheim, E. (2005). El suicidio: Estudio de sociología (8.ª ed.). Ediciones Morata. (Original work published 1897)

  • Giddens, A., Duneier, M., Appelbaum, R. P., & Carr, D. (2021). Introducción a la sociología (10.ª ed.). Alianza Editorial.

  • Merton, R. K. (1938). Social structure and anomie. American Sociological Review, 3(5), 672–682.

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